miércoles, 13 de marzo de 2013


Carta del cardenal Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, a los Cursillistas de la arquidiócesis (13 de Junio de 2011, Fiesta de María, Madre de la Iglesia)
Queridos Cursillistas:
“La buena semilla son los que pertenecen al Reino” (Mt 13,38)
En la proximidad de la solemnidad de San Pablo, vuestro patrono y modelo de cómo “vivir de colores” damos gracias a Dios por todos los frutos, que a lo largo de los años, la Obra de los Cursillos de Cristiandad le ha brindado generosamente a la Iglesia.
Vuestro servicio de anunciar a Cristo siendo sus testigos en los ambientes cotidianos, es vivenciar, renovar en forma concreta el Bautismo que en El hemos recibido y los convierte en discípulos y misioneros de la Palabra, según lo expresado en la “Const. de la Iglesia”: “A este apostolado, todos están llamados por el mismo Señor, en razón del Bautismo y la Confirmación” (Nº 33).
Les escribo conciente de las dificultades que presenta la inculturación del Evangelio en la sociedad actual y en la confianza que vuestra audacia y fervor apostólico, nacidos del encuentro personal consigo mismo y con Cristo los lleve a hacer historia, en función del bien, para que muchos hermanos, excluidos o no, que viven en la periferia se sientan abrazados por el amor de Jesús.
Ser peregrinos en nuestra Ciudad significa no instalarnos, estar abiertos a la vida y prestar atención a lo que pasa en nuestro corazón como un buen samaritano ante la realidad difícil de tantos hermanos.
Es necesario que el Movimiento de Cursillos de Cristiandad a través de la participación de todos, continúe su camino de conversión pastoral como nos propone Aparecida.
Como Cursillistas en tiempos difíciles deben pedir a Dios la Gracia de tener muchos ahijados, de tener siempre un precursillo en marcha, para no caer en la desesperanza que paraliza y angustia. El regalo del Kerigma que recibieron en el Cursillo es misionante como propone el trípode (piedad, estudio y acción).
Como Iglesia Arquidiocesana necesitamos la unidad de todos en Cristo, para que El, sólo El reine en nuestros corazones y poder así reconocerlo como los discípulos en Emaús.
Al darte gracias por tu peregrinar como cursillista te pido que no dejes de renovar en Jesús Eucaristía tu ardor y fervor apostólico y el de tus hermanos de Reunión de Grupo.
Hoy más que nunca necesitamos que tu cercanía en los ambientes sea luz y alegría para tantos hermanos que ignoran que Dios es un Padre que los ama con ternura.
Hoy más que nunca necesitamos tu presencia para que muchas familias encuentren en el amor trascendente de Cristo, una nueva y más grande dimensión del amor humano.
Hoy más que nunca necesitamos de tu persona y tu testimonio en las Ultreyas, para seguir “adelante”, más allá, en el anuncio y vivencia del Kerigma.
Les pido por favor que recen por mí. Que Jesús los bendiga y la Virgen, Madre de la Divina Gracia, los cuide.
Afectuosamente.
Card. Jorge Mario Bergoglio SJ, arzobispo de Buenos Aires
(Publicado por la agencia AICA)
  Cristo cuenta contigo

13.03.2013MADRIDExpansión.com1
Jorge María Bergoglio, jesuita de 76 años. De nacionalidad argentina. Arzobispo de Buenos Aires. Fue candidato en el cónclave de 2005 que debía elegir al sucesor de Juan Pablo II. Hoy el que releva en el cargo a Benedicto XVI, representa un leve cambio progresista en la Iglesia.
Jorge María Bergoglio, el Papa Francisco I
Nacido en Buenos Aires, el 17 de diciembre de 1936, Jorge Bergoglio es hijo de un matrimonio de italianos formado por Mario Bergoglio y Regina. A los 21 años (en 1957) decidió convertirse en sacerdote. Ingresó en el seminario del barrio Villa Devoto, como novicio de la orden jesuita.
Tras la muerte del Papa Juan Pablo II, el 2 de abril de 2005, fue ya candidato al papado. Supuestamente recibió la mayor cantidad de votos detrás de Joseph Ratzinger en la elección papal y se ha especializado en el trabajo pastoral que algunos consideran esencial para ser Papa.
Bergoglio fue presidente de la Conferencia Episcopal Argentina durante dos períodos. Impedido por el estatuto de asumir un nuevo mandato durante la 102 asamblea plenaria de ese organismo se eligió al arzobispo de la Arquidiócesis de Santa Fe de la Vera Cruz, José María Arancedo, para sucederlo.
Segun su biógrafo, Sergio Rubín, "en una vida de enseñanza y dirección de religiosos en Latinoamérica, Bergoglio ha demostrado una aguda sensibilidad política como también una humildad que sus colegas valoran mucho"
De presencia discreta, su estilo personal es la antítesis del esplendor de la Santa Sede. "En reuniones de obispos siempre quiere sentarse en las últimas filas. Esta sencillez cayó muy bien en Roma", afirma Rubín.
Bergoglio es notorio por haber modernizado la Iglesia argentina que había estado entre las más conservadoras de Latinoamérica.
Se le considera moderado con mentalidad flexible. Los críticos lo acusan de no haber enfrentado públicamente a la dictadura militar de 1976-1983, cuando las víctimas y sus familiares solían denunciar secuestros, tortura y muerte a los sacerdotes que supervisaba como líder de la orden jesuita en Argentina.
Al igual que otros intelectuales jesuitas, Bergoglio se ha concentrado en la obra social. Los católicos siguen comentando un discurso suyo en que acusó de hipocresía a otros religiosos por olvidar que Jesucristo bañó a leprosos y comió en compañía de prostitutas.
Estudios y ordenamiento
Bergoglio estudió y se diplomó como técnico químico, pero al decidirse por el sacerdocio ingresó en el seminario de Villa Devoto. El 11 de marzo de 1958 pasó al noviciado de la Compañía de Jesús, estudió humanidades en Chile, y en 1960, de regreso a Buenos Aires, obtuvo la licenciatura en Filosofía en el Colegio Máximo San José, en la localidad de San Miguel. Entre 1964 y 1965 fue profesor de Literatura y Psicología en el Colegio de la Inmaculada de Santa Fe, y en 1966 dictó iguales materias en el Colegio del Salvador de Buenos Aires. De 1967 a 1970 cursó Teología en el Colegio Máximo de San Miguel, cuya licenciatura obtuvo.
El 13 de diciembre de 1969 fue ordenado sacerdote. En 1971 hizo la tercera probación en Alcalá de Henares (España), y el 22 de abril de 1973, su profesión perpetua.
El 20 de mayo de 1992, Juan Pablo II lo designó Obispo Titular de Auca y Auxiliar de Buenos Aires. El 27 de junio del mismo año recibió en la Catedral primada la ordenación episcopal, y fue promovido a Arzobispo Coadjutor de Buenos Aires el 3 de junio de 1997. De dicha sede arzobispal es titular desde el 28 de febrero de 1998, cuando se convirtió en el primer jesuita que llegó a ser primado de la Argentina.
Fue creado Cardenal presbítero el 21 de febrero del 2001, recibió la birreta roja y el título de San Roberto Belarmino.
El 9 de noviembre de 2005 fue electo Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, para el trienio 2005-2008.
En la Santa Sede es miembro de la Congregación para el Culto Divino y la disciplina de los Sacramentos; de la Congregación para el Clero; de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y de las Sociedades de Vida Apostólica; y del Pontificio Consejo para la Familia.
Entre sus escritos figuran Meditaciones para religiosos (1982), Reflexiones sobre la vida apostólica (1986), Reflexiones de esperanza (1992).


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