miércoles, 3 de julio de 2013

El papa Francisco invita a no tener nostalgia de las cebollas de Egipto

El papa Francisco invita a no tener nostalgia de las cebollas de Egipto

Roma, 2 de julio de 2013   /   Ver: www.zenit.org
Lecturas de la Misa de hoy: Génesis 19,15-29   /   Mt 8,23-27
El cristiano está llamado a ser valiente en su propia debilidad. Así lo dijo el papa Francisco este martes en la misa diaria celebrada en la Casa Santa Marta. Añadió que, a veces hay que reconocer que somos débiles y por eso tenemos que huir sin nostalgia del pecado, sin mirar atrás.
No ser lentos y escapar
         En su homilía, el santo padre tomó el ejemplo de las lecturas de hoy para detenerse en cuatro "posibles actitudes en situaciones de conflicto, en situaciones difíciles". La primera actitud es la de la "lentitud" de Lot. Él, explicó, se decidió a abandonar la ciudad antes de que fuera destruida, pero lo hace lentamente. El ángel le dice que corra, pero no está en él la capacidad de separarse del mal y del pecado". Nosotros, continuó,  “queremos salir, estamos decididos pero hay algo que nos tira hacia atrás", y así es Lot, que empieza a negociar incluso con el ángel:
       
  "Es tan difícil de cortar con una situación de pecado. ¡Es difícil! Incluso en una tentación, ¡es difícil! Pero la voz de Dios nos dice esta palabra: '¡Escapa! No se puede luchar allí, porque el fuego, el azufre te matarán. ¡Escapa!'. Santa Teresita del Niño Jesús nos enseña que a veces, en algunas tentaciones, la única solución es escapar y no tener vergüenza de escapar; reconocer que somos débiles y que tenemos que escapar. Y nuestro pueblo en su sencilla sabiduría lo dice un poco irónicamente: ‘Soldado que huye sirve para otra guerra’. Escapar para seguir adelante por el camino de Jesús".
         El ángel, agregó, luego dice "no mires atrás", para escapar y mirar hacia adelante. Aquí, dijo, hay un consejo para vencer la nostalgia del pecado. Pensemos en el Pueblo de Dios en el desierto, subrayó: "Lo tenía todo, las promesas, todo". Sin embargo, "estaba la nostalgia de las cebollas de Egipto" y esta "nostalgia les hizo olvidar que aquellas cebollas las comían en la mesa de la esclavitud". Era “la nostalgia de volver, volver". Y el consejo del ángel, añadió el papa, "es sabio: ¡No mires hacia atrás! Ve adelante". No hay que hacer como la mujer de Lot, hay que "cortar cada nostalgia, porque también existe la tentación de la curiosidad":
         "Ante el pecado, huir sin nostalgia. ¡La curiosidad no ayuda, sino que daña! ‘Pero, en este mundo tan pecaminoso, ¿cómo se puede hacer? Pero, ¿cómo será este pecado? Me gustaría saber...’. ¡No, no lo hagas! ¡La curiosidad te hará daño! ¡Huye y no mires atrás! Somos débiles, todos, y tenemos que defendernos.
Sin miedo y con valentía
         La tercera situación se da sobre el barco: es el miedo. Cuando hay una gran agitación en el mar, el barco se cubría por las olas. ‘¡Sálvanos, Señor, que estamos perdidos!’, dicen. ¡El miedo! Incluso aquella es una tentación del diablo: tener miedo de avanzar en el camino del Señor".
         Hay una tentación que dice que es "mejor quedarse aquí", donde estoy seguro. "Pero esto --advirtió-- es el Egipto de la esclavitud!". Tengo “miedo de seguir adelante, tengo miedo de hacia donde me llevará el Señor". El temor, sin embargo, "no es un buen consejero". Jesús, añadió, "muchas veces, ha dicho: '¡No tengan miedo!'. El miedo no nos ayuda". La cuarta actitud, dijo, "es la gracia del Espíritu Santo." Cuando Jesús trae la calma al agitado mar, los discípulos en la barca se llenaron de temor. "Siempre, ante el pecado, delante de la nostalgia, ante el temor", debemos volver al Señor.
         "Mirar al Señor, contemplar al Señor. Esto nos da estupor, tan hermoso, por un nuevo encuentro con el Señor. ‘Señor, tengo esta tentación: quiero quedarme en esta situación de pecado; Señor, tengo la curiosidad de saber cómo son estas cosas; Señor, tengo miedo’. Y ellos vieron al Señor: ‘¡Sálvanos, Señor, estamos perdidos!' Y llegó la sorpresa del nuevo encuentro con Jesús. No somos ingenuos ni cristianos tibios, somos valientes, valerosos. Somos débiles, pero hay que ser valientes en nuestra debilidad. Y nuestro valor muchas veces debe expresarse en una fuga y no mirar hacia atrás, para no caer en la mala nostalgia. ¡No tener miedo y mirar siempre al Señor!"
(02 de julio de 2013) © Innovative Media Inc.
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PARA REFLEXIONAR:

-         Curioso, extraño... una invitación a huir, a escapar... = ¿Qué te parece?

-         ¿Qué retenía a Lot para no escapar aprisa?
              = ¿Qué me retiene a mí?

-         ¿Por qué miraba la mujer de Lot para atrás?
              = ¿Cuál es mi “mirar para atrás?
             
-         ¿Cuál es mi “quedarse aquí?
              = ¿Por qué me da miedo avanzar?


-         En medio del mar revuelto en que vivo... = ¿Me fío yo del Maestro?

Lectura del libro del Génesis 19, 15-29
En aquellos días, los ángeles urgieron a Lot:
-«Anda, toma a tu mujer y a esas dos hijas tuyas, para que no perezcan por culpa de Sodoma.»
Y, como no se decidía, los agarraron de la mano, a él, a su mujer y a las dos hijas, a quienes el Señor perdonaba; los sacaron y los guiaron fuera de la ciudad. Una vez fuera, le dijeron:
-«Ponte a salvo; no mires atrás. No te detengas en la vega; ponte a salvo en los montes, para no perecer.»
Lot les respondió:
-«No. Vuestro siervo goza de vuestro favor, pues me habéis salvado la vida, tratándome con gran misericordia; yo no puedo ponerme a salvo en los montes, el desastre me alcanzará y moriré. Mira, ahí cerca hay una ciudad pequeña donde puedo refugiarme y escapar del peligro. Como la ciudad es pequeña, salvaré allí la vida.»
Le contestó:
-«Accedo a lo que pides: no arrasaré esa ciudad que dices. Aprisa, ponte a salvo allí, pues no puedo hacer nada hasta que llegues.»
Por eso la ciudad se llama La Pequeña.
Cuando Lot llegó a La Pequeña, salía el sol.
El Señor, desde el cielo, hizo llover azufre y fuego sobre Sodoma y Gomorra. Arrasó aquellas ciudades y toda la vega con los habitantes de las ciudades y la hierba del campo.
La mujer de Lot miró atrás y se convirtió en estatua de sal.
Abrahán madrugó y se dirigió al sitio donde había estado con el Señor. Miró en dirección de Sodoma y Gomorra, toda la extensión de la vega, y vio humo que subía del suelo, como el humo de un horno.
Así, cuando Dios destruyó las ciudades de la vega, arrasando las ciudades donde había vivido Lot, se acordó de Abrahán y libró a Lot de la catástrofe.
Palabra de Dios.

Sal 25, 2-3. 9-10. 11-12 
R. Tengo ante los ojos, Señor, tu bondad.
Escrútame, Señor, ponme a prueba, sondea mis entrañas y mi corazón, porque tengo ante los ojos tu bondad, y camino en tu verdad. R.
No arrebates mi alma con los pecadores, ni mi vida con los sanguinarios, que en su izquierda llevan infamias, y su derecha está llena de sobornos. R.
Yo, en cambio, camino en la integridad; sálvame, ten misericordia de mí. Mi pie se mantiene en el camino llano; en la asamblea bendeciré al Señor. R.
EVANGELIO
Se puso en pie, increpó a los vientos y al lago, y vino una gran calma
Lectura del santo evangelio según san Mateo 8, 23-27
En aquel tiempo, subió Jesús a la barca, y sus discípulos lo siguieron.
De pronto, se levantó un temporal tan fuerte que la barca desaparecía entre las olas; él dormía.
Se acercaron los discípulos y lo despertaron, gritándole:
-«¡Señor, sálvanos, que nos hundimos!»
Él les dijo:
-«¡Cobardes! ¡Qué poca fe!»
Se puso en pie, increpó a los vientos y al lago, y vino una gran calma.
Ellos se preguntaban admirados:
-«¿Quién es éste? ¡Hasta el viento y el agua le obedecen!»
Palabra del Señor

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