martes, 19 de febrero de 2013


“El segmento de plata” por Manuel Montes Cleries

   Hermano Ratzinger                 14-2-13

    Confieso que el día en que la fumata blanco avisó del nombramiento del Cardenal alemán Ratzinger como Benedicto XVI no me sentí especialmente contento. Los informes que “radio macuto” habían hecho correr nos presentaban un cardenal integrista y retrógrado. Sus antecedentes como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe nos hacían parecer, dada nuestra ignorancia supina, que se trataba de una especie de Torquemada de la época.

   El tiempo, como en tantas otras situaciones y actitudes, ha puesto las cosas en su sitio. Ha sido un Papa inteligente en una época tan difícil como ha sido desde siempre. Ha atacado de frente, dentro de sus posibilidades -dadas las presiones que sufre en el staff vaticano-, los problemas que los cristianos de todos los estamentos ponemos para la proclamación y puesta en vigor del Evangelio: los progresismos excesivos, los conservadurismos trasnochados, las desviaciones sexuales de los clérigos, el culto al dinero y la parafernalia de algunos católicos equivocados, la tergiversación de sus escritos, etc.  En una palabra: la escasa atención y disciplina que tenemos los cristianos ante sus recomendaciones fundamentadas. Procuramos quedarnos en lo accesorio sin intentar cumplir lo esencial.

    Pero cuando me ha terminado de convencer de la importancia de su paso por el Papado, ha sido en el momento de extrema lucidez en el que ha detectado que su aportación a la Iglesia de Jesús como continuador de la labor de Pedro había llegado a su fin, dejando paso a un Papa más joven y con más fuerza. Ha demostrado su inteligencia en el momento que ha escuchado la respuesta a su constante oración en búsqueda de la Verdad y ha desmontado la tradición gerontocrática de la Iglesia, actitud muy digna de imitar en todos los estamentos eclesiales.

    Ya hace años que procuro pasar a segundo plano en todas mis actividades, pero, a veces, nos puede la creencia que la eficacia está en consonancia con la experiencia y el saber. Este error lo han desmontado el Papa y algunos Obispos. Demos paso a las ideas nuevas, pero sin olvidar que pertenecemos al “segmento de plata”.
No somos de oro, pero desde la segunda fila hacemos “el avio”.
    
     Decía el filósofo alemán  Albert Schweitzer: “El ejemplo no es la cosa más importante que influye sobre otros. Es la única cosa”. El hermano Ratzinger nos ha dado un extraordinario ejemplo de humildad y saber hacer. Un  gran ejemplo a seguir.

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