lunes, 11 de febrero de 2013



MISA DE GLORIA EN EL M.C.C. DE MÁLAGA
El pasado viernes, 8 de Febrero, celebramos la Eucaristía por el alma de nuestro buen amigo Paco Castro, miembro de nuestra Escuela de Málaga.
Normalmente hubiera sido lo que siempre decimos: “Una Misa de difuntos”. Pero no, no fue así, fue… “UNA MISA DE GLORIA”.
Paco ha pasado por la Escuela del M.C.C. metiéndose suavemente en los corazones de cada uno de nosotros. Así hacía todas las cosas, con mucha suavidad, mucha paz, sin pedir nada a cambio y con una sonrisa que nunca, ni en sus momentos difíciles, se le borraba.
Siempre al servicio, no había que encargarle nada, pues él se ofrecía antes de que se lo pidiéramos.
Desde que entró en la Escuela raramente faltó a ninguno de sus actos.
En las últimas semanas estaba delicado y con frecuencia nos comentaba la gran felicidad que había supuesto en su vida el encuentro con el Señor en un cursillo (en el que tuve la suerte de compartirlo con él, como coordinadora. Después compartimos varios más como equipo). También comentaba lo positivo que había sido el integrarse en la Escuela, la alegría y la paz que sentía a pesar de estar enfermo, y cuánto nos quería.
No ponía límites a su generosidad y entrega a los demás.
Dos días antes de morir participó en la Eucaristía de la Escuela y sintió, según sus palabras, una gran y especial emoción… ¡Claro! Era su última Eucaristía en la Escuela.
Nosotros no lo sabíamos…pero Dios sí….y a los dos días le hizo el regalo de llevárselo con El con mucha paz y a nosotros nos hizo el regalo de vivir su MISA DE GLORIA.
Allí se respiró, en el silencio, la Presencia del Señor y también la de Paco con las palabras que pronunció su párroco, con mucho cariño, contándonos su labor y entrega en la parroquia y la amistad que los unía.
También dos miembros de la Escuela, con la voz entrecortada, pero con mucho amor, recordaron su paso por nuestro M.C.C. Allí estaba casi toda la Escuela en pleno para decirle “hasta siempre”
Nos despedimos de Paco con la canción “De Colores”, llenos de sentimientos, de alegría por saber que descansaba en paz junto al Padre y de tristeza por la separación. Era mucha la emoción  que sentíamos. Algunos no pudimos terminar la canción.
Yo pensaba: “Así me gustaría que fuese mi Misa cuando llegue “mi momento”. Pero lo más importante es que “me lo merezca”
Por último todos rompimos en un emotivo y fortísimo aplauso
Ahora todos te decimos: Paco te queremos y te recordaremos ¡DE COLORES!
                                                                                                            Isabelina Martos

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