domingo, 26 de abril de 2015

CARTA DE EINSTEIN A SU HIJA




FRAGMENTO DE LA ULTIMA CARTA DE EINSTEIN A SU HIJA


Cuando propuse la teoría de la relatividad, muy pocos me entendieron, y lo que te revelaré ahora para que lo transmitas a la humanidad también chocará con la incomprensión y los perjuicios del mundo. Te pido aun así, que la custodies todo el tiempo que sea necesario, años, décadas, hasta que la sociedad haya avanzado lo suficiente para acoger lo que te explico a continuación.
Hay una fuerza extremadamente poderosa para la que hasta ahora la ciencia no ha encontrado una explicación formal. Es una fuerza que incluye y gobierna a todas las otras, y que incluso está detrás de cualquier fenómeno que opera en el universo y aún no haya sido identificado por nosotros. Esta fuerza universal es el amor.
Cuando los científicos buscaban una teoría unificada del universo olvidaron la más invisible y poderosa de las fuerzas.
El amor es luz, dado que ilumina a quien lo da y lo recibe. El amor es gravedad, porque hace que unas personas se sientan atraídas por otras. El amor es potencia, porque multiplica lo mejor que tenemos, y permite que la humanidad no se extinga en su ciego egoísmo. El amor revela y desvela. Por amor se vive y se muere. El amor es Dios, y Dios es amor.
Esta fuerza lo explica todo y da sentido en mayúsculas a la vida. Ésta es la variable que hemos obviado durante demasiado tiempo, tal vez porque el amor nos da miedo, ya que es la única energía del universo que el ser humano no ha aprendido a manejar a su antojo.
Para dar visibilidad al amor, he hecho una simple sustitución en mi ecuación más célebre. Si en lugar de E= mc2 aceptamos que la energía para sanar el mundo puede obtenerse a través del amor multiplicado por la velocidad de la luz al cuadrado, llegaremos a la conclusión de que el amor es la fuerza más poderosa que existe, porque no tiene límites.
Tras el fracaso de la humanidad en el uso y control de las otras fuerzas del universo, que se han vuelto contra nosotros, es urgente que nos alimentemos de otra clase de energía. Si queremos que nuestra especie sobreviva, si nos proponemos encontrar un sentido a la vida, si queremos salvar el mundo y cada ser sintiese que en él habita, el amor es la única y la última respuesta.
Quizás aún no estemos preparados para fabricar una bomba de amor, un artefacto lo bastante potente para destruir todo el odio, el egoísmo y la avaricia que asolan el planeta. Sin embargo, cada individuo lleva en su interior un pequeño pero poderoso generador de amor cuya energía espera ser liberada.
Cuando aprendamos a dar y recibir esta energía universal, querida Lieserl, comprobaremos que el amor todo lo vence, todo lo trasciende y todo lo puede, porque el amor es la quintaesencia de la vida.
Lamento profundamente no haberte sabido expresar lo que alberga mi corazón, que ha latido silenciosamente por ti toda mi vida. Tal vez sea demasiado tarde para pedir perdón, pero como el tiempo es relativo, necesito decirte que te quiero y que gracias a ti he llegado a la última respuesta.
Tu padre. ( Albert Einstein)

sábado, 25 de abril de 2015

Creer o no creer... that´s the question!

 
Dice el comentario de hoy:
 
Viendoos a vosotros tienen que creer que yo estoy ahí, que existo...
 
(GLUP!!!! nota de quien copia y pega :))
 
Esta es la gran responsabilidad de los apóstoles, esto es la gracia y la tarea de  todos los cristianos.
Ser la imagen visible del Cristo invisible.
 
¡Qué importante misión! ¡Qué conversión exige!... (telita!! nota de quien copia y pega :)
La fe se extenderá siempre con esta dinámica: creer o no creer en el testimonio visible y audible de otro semejante a mi.
 
 
 
 


 

"En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: -«ld al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. (...) Ellos se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban".
La voz de Dios nos alienta en las dificultades y en el desánimo...
 
 ... su fuerza...
 
...  acordarnos de todos esos momentos difíciles e imprevisibles, en que nos hemos dado cuenta cómo hemos sacado fuerza de flaqueza y abandonándonos en Dios hemos podido sobrellevarlas de un modo incluso sorprendente para nosotros mismos...
 
        ...El nunca falla, él siempre robustece a sus hijos.
 
 

 

jueves, 23 de abril de 2015

Qué buen reportaje sobre el Jesús histórico!!

Dos horas de reportaje de la 2 sobre el Jesús histórico; os pongo el enlace, es buenísimo!!...jeje, pongo estas imágenes de las marionetas que he captado porque son muy expresivas pero hay de todo y es muy interesante:
http://www.rtve.es/alacarta/videos/otros-documentales/jesus-nazaret-hombre/3074758/







 

domingo, 5 de abril de 2015

- «Alegraos.»

De pronto, Jesús les salió al encuentro y les dijo:
- «Alegraos.»





Unos anunciaron la verdad, otros difundieron falsedades.
También hoy algunos quieren seguir propagando la mentira. Además de las innumerables películas y novelas que niegan abiertamente la resurrección, o que convierten la vida de Cristo en un mensaje moral, independiente de su vida, muerte y resurrección, otros quieren negar la resurrección silenciándola. Nos hablarán de la Iglesia, de la vida de Jesús, de las políticas eclesiásticas, de la solidaridad, de los Obispos y de los curas y las monjas, de la moral y de la liturgia,… pero hablarán de todo ello como si Jesucristo fuera un elemento pasado. Muchas veces dicen: “Si Jesús viviese hoy haría tal cosa o tal otra.” Por la boca muere el pez. Jesús vive hoy en la Iglesia, en los cristianos, en el alma en gracia, en el silencio del Sagrario, a la derecha de nuestro Padre Dios.
Tenemos que afrontar este día con el convencimiento de la resurrección de Cristo. Tendríamos que decir con San Pedro, y con la misma rabiosa actualidad: “ Pues bien, Dios resucitó a este Jesús, de lo cual todos nosotros somos testigos. Ahora, exaltado, junto a la diestra de Dios, ha recibido del Padre el Espíritu Santo que estaba prometido, y lo ha derramado. Esto es lo que estáis viendo y oyendo.” Y entonces llenar el mundo de alegría. Muchas veces me encuentro iglesias tristes, cristianos tristes, obispos (a estos me los encuentro menos), cariacontecidos. La Iglesia, cada cristiano, tendría que ser un sembrador de verdadera alegría, de esperanza, de la fuerza del Espíritu Santo. Digamos hoy un no rotundo a la tristeza, desterremos de nosotros todo lo que nos impulsa a negar la resurrección con nuestras obras. Quitemos la losa que deja encerrado al hombre viejo y dejemos que nuestra alma se ventile con la fuerza del Espíritu Santo.
  http://oracionyliturgia.archimadrid.org/category/comentario-a-las-lecturas/

No nos quedemos solo en la Cruz, que la Noticia de la Resurrección es Buenísima!!

Hoy he ido a la procesión del Resucitado y sorprendentemente había poquísima gente en comparación con la que se arma al paso del resto de las escenas de dolor de todos los días anteriores.
 
Pues a mi me encanta ésta, mira qué foto más chula retratado mientras pasa por esas chicas del anuncio, así me gusta verle, en medio de nuestra realidad y que lo celebremos, como hicimos anoche en la Vigilia en la Parroquia de nuestro Consiliario, en Intelhorce. Qué gozada!!
 
 














Mi Galilea, sin duda es el Cursillo :)

Marcos 16, 1-7. Sábado Santo. Vigilia Pascual. Acerquémonos a Jesús Resucitado.
Para todo cristiano, la Pascua, no puede sucederse sin más.

Por: Xavier Caballero | Fuente: Catholic.net

Meditación del Papa Francisco
En la vida del cristiano, después del bautismo, hay también otra ‘Galilea’, una ‘Galilea’ más existencial: la experiencia del encuentro personal con Jesucristo, que me ha llamado a seguirlo y participar en su misión. En este sentido, volver a Galilea significa custodiar en el corazón la memoria viva de esta llamada, cuando Jesús pasó por mi camino, me miró con misericordia, me pidió seguirlo; volver a Galilea significa recuperar la memoria de aquel momento en el que sus ojos se cruzaron con los míos, el momento en que me hizo sentir que me amaba.
Hoy, en esta noche, cada uno de nosotros puede preguntarse: ¿Cuál es mi Galilea? Se trata de hacer memoria, regresar con el recuerdo. ¿Dónde está mi Galilea? ¿La recuerdo? ¿La he olvidado? Búscala y la encontrarás. Allí te espera el Señor. He andado por caminos y senderos que me la han hecho olvidar. Señor, ayúdame: dime cuál es mi Galilea; sabes, yo quiero volver allí para encontrarte y dejarme abrazar por tu misericordia. No tengáis miedo, no temáis, volved a Galilea.» (Homilía de S.S. Francisco, 19 de abril de 2014).
ReflexiónJesús ha vencido al mal – incluso el que nosotros hemos cometido –, y nosotros hemos triunfado con Él. La Magdalena se postra ante Él, y Él la llena del gozo de su resurrección, como quiere llenarnos a nosotros en este rato de oración. Sólo basta perseverar en la prueba y pedir su gracia, buscar para encontrarlo.

Pero Cristo Resucitado nos muestra que Él no se deja ganar en generosidad. María Magdalena no pensaba encontrar más que un cadáver, y sin embargo, Cristo se le muestra con su cuerpo glorioso, vivo para siempre. Animados por esta confianza, debemos también acercarnos con una disposición de entrega a Jesucristo, para pedirle que nos ayude a vencer al hombre viejo, a vivir como hombres o mujeres nuevos...

La resurrección obra una auténtica transformación en la Magdalena. Ya no llora. Ahora es enviada por Cristo a traves del ángel, a anunciar el gozo de su triunfo: "Ve y dile a mis hermanos.." ¡Por primera vez en el Evangelio Cristo nos llama hermanos suyos! ¡Se ha realizado la filiación divina: somos verdaderamente hijos adoptivos de Dios y hermanos de Cristo! Y como tales, participamos de su misma misión... La resurrección no podemos guardarla en el baúl de los recuerdos, sino anunciarla a los cuatro vientos como María Magdalena, de manera que muchos otros hombres y mujeres se conviertan en apóstoles convencidos del Reino de Cristo.

María Magdalena sale a dar testimonio de la resurrección, pero su amor no le permite sólo rezar y dar ejemplo con su vida virtuosa para que los demás conozcan a Cristo. Ella siente la necesidad, esencial a nuestra vocación cristiana, de hacer algo, hablar, predicar, atender, ayudar, etc., todo lo que pueda, para dar a conocer el amor de Cristo al mundo.