domingo, 5 de abril de 2015

- «Alegraos.»

De pronto, Jesús les salió al encuentro y les dijo:
- «Alegraos.»





Unos anunciaron la verdad, otros difundieron falsedades.
También hoy algunos quieren seguir propagando la mentira. Además de las innumerables películas y novelas que niegan abiertamente la resurrección, o que convierten la vida de Cristo en un mensaje moral, independiente de su vida, muerte y resurrección, otros quieren negar la resurrección silenciándola. Nos hablarán de la Iglesia, de la vida de Jesús, de las políticas eclesiásticas, de la solidaridad, de los Obispos y de los curas y las monjas, de la moral y de la liturgia,… pero hablarán de todo ello como si Jesucristo fuera un elemento pasado. Muchas veces dicen: “Si Jesús viviese hoy haría tal cosa o tal otra.” Por la boca muere el pez. Jesús vive hoy en la Iglesia, en los cristianos, en el alma en gracia, en el silencio del Sagrario, a la derecha de nuestro Padre Dios.
Tenemos que afrontar este día con el convencimiento de la resurrección de Cristo. Tendríamos que decir con San Pedro, y con la misma rabiosa actualidad: “ Pues bien, Dios resucitó a este Jesús, de lo cual todos nosotros somos testigos. Ahora, exaltado, junto a la diestra de Dios, ha recibido del Padre el Espíritu Santo que estaba prometido, y lo ha derramado. Esto es lo que estáis viendo y oyendo.” Y entonces llenar el mundo de alegría. Muchas veces me encuentro iglesias tristes, cristianos tristes, obispos (a estos me los encuentro menos), cariacontecidos. La Iglesia, cada cristiano, tendría que ser un sembrador de verdadera alegría, de esperanza, de la fuerza del Espíritu Santo. Digamos hoy un no rotundo a la tristeza, desterremos de nosotros todo lo que nos impulsa a negar la resurrección con nuestras obras. Quitemos la losa que deja encerrado al hombre viejo y dejemos que nuestra alma se ventile con la fuerza del Espíritu Santo.
  http://oracionyliturgia.archimadrid.org/category/comentario-a-las-lecturas/

No hay comentarios:

Publicar un comentario