NO HE VENIDO A SER SERVIDO SINO A
SERVIR
¿Qué hemos perdido la gente de
Cursillos de Málaga con la muerte de Fernando? No puedo decir todo porque a
Papá Dios no hay quien nos lo toque, que bien nos remachaba Fernando cómo nos
quiere seamos como seamos, cómo desde la eternidad lleva mi nombre grabado en
la palma de su mano, cómo nos quiere como somos aunque nos sueñe mejores, pero
sí MUCHO, MUCHÍSIMO… un amigo, un consejero, un oidor, en muchos sentidos un
padre.
Fernando llegó a Cursillos en 1998, recién vuelto de
Caicara de Orinoco, la Misión de la Diócesis en Venezuela. Su vocación era
profundamente misionera. En sus primeros años de sacerdocio estuvo en Tanzania.
Quizás por eso encajó tan bien en Cursillos, por lo que nuestro método tiene de
misión, de envío, de anuncio de la Buena Noticia.
Llegó, digo, en 1998 en un momento muy doloroso de la
Escuela de Málaga. Estaba cerrada, al pasar por una profunda crisis tanto el
Secretariado como la Escuela. Este cierre duró 3 meses en los que Fernando se
fue entrevistando uno a uno con todos los que la formábamos para saber y
discernir. Se fue a Córdoba a vivir su Cursillo de Cristiandad.

En la Escuela ha sido alguien muy
importante y necesario. Nos ha ayudado a redescubrir y enriquecer la fuerza de
la oración comunitaria (¡Esas Eucaristías con él que ya no volverán!), nos ha
formado en puntualidad, seriedad, en compromiso… ¡en tantas cosas!...
Su risa era contagiosa pero no le
temblaba la voz cuando creía que tenía que llamar al orden a alguno.
Su risa y sus tonterías J … decía que su otra vocación era la
de payaso. ¿Quién de nosotros no recuerda a la célebre pulga Pep-si de la que
era el domador? ¿Dónde estará ahora Pep-si?... Tan sola como nosotros.
Juntos hemos vivido ¡tantas
cosas!... Desde sus 50 años de cura, el Encuentro de Dirigentes de Murcia que
tanto disfrutó, las bodas de oro de Cursillos de Málaga… cada martes como el
primero en las sesiones de escuela… ¡Y aquella peregrinación a Tierra Santa!
Aquellos 7 días no fueron más que un gran encuentro con Dios, en su tierra, en
los hermanos de escuela, en Fernando y en Jesús, nuestros curas…
Todos en la Escuela nos sabemos
aquello que él nos decía: “No tengáis miedo” . Y ahora ¿qué?...
Hoy seguro que ha disfrutado en su
Misa de corpore in sepulto. ¡Ha sido la Misa de Gloria más llorada del mundo!
Nadie miraba el reloj, nadie tenía prisa. La Iglesia era claramente
insuficiente, desde para los curas (más de 30, hasta alguno en la puerta de la
Sacristía); pero era la Iglesia donde celebró la primera Misa, era la que está
frente a su casa, era aquella en la que ha estado celebrando estos dos últimos
años. Su primera Misa y la última.

Han hablado varios curas, sus
hermanos, la gente de su grupo, gente de la Escuela,…
Le han entrado a hombros
su familia, sus sobrinos y algún sobrino nieto. Le han sacado a hombros sus
hermanos, los curas de Málaga entre un de Colores mezclado con una gran ovación
y aplausos…
Desde La fe sabemos que está con su
Señor, en quien él profundamente creía, pero humanamente estamos muy tristes,
como huérfanos. ¡Hemos perdido mucho!
Mª Carmen Ávila
ESCUELA DE MÁLAGA
ACCIÓN DE GRACIAS
Porque nos dio a conocer a ese Dios misericordioso que siempre nos espera con los brazos abiertos como el padre de la parábola.
Porque nos recordaba, como el profeta, que Dios "tira nuestros pecados al fondo del mar"
Porque nos mostró, con su testimonio de vida, la Iglesia de Jesús.
Porque constantemente nos alentaba con las palabras de Cristo NO TENGÁIS MIEDO
Por su amor a las misiones, que tanto carácter imprimió a su vida como sacerdote y como persona.
Porque nos enseñó a vivir con la convicción de que, a pesar de de nosotros, a Dios "se le cae la baba con cada uno"
Por su disponibilidad, por estar siempre atento a cada necesidad y encontrar en su día a día un hueco (aunque no lo tuviese) para atender a quién lo necesitara con atención , paciencia, comprensión y amor.
Gracias, especiales, por su libertad. Una libertad que no le ataba a lo superfluo, a lo material, al que dirán o a actitudes autoritarias.
Por su coherencia de vida, por su actitud cristiana que le llevaba a ser fiel a las palabras del Evangelio que tomó como lema en su ordenación sacerdotal: " He venido a servir, no a ser servido".
Gracias por formar parte de mi grupo de vida, en el que no era el sacerdote sino el compañero, el confidente, esa persona ante la que se puede "pensar en voz alta", el que lloraba con cada uno y con cada uno se alegraba. Lo uno y lo otro, llorar y alegrarse, lo hacía con la pasión que le ponía a todo……
Por su vocación de payaso, que
…..nos ha alegrado tantos y tantos momentos difíciles que hemos compartido…..y ha sido la sonrisa del Evangelio para los que hemos tenido la inmensa suerte de compartir tareas, amistad y vida.
Gracias Señor, porque por Fernando solo puedo darte GRACIAS !!
M. Ángel Otero... su Grupo, su Escuela...
Sigues con nosotros, querido Fernando, tus palabras, tus risas, tus miradas.... las tres, aún oigo tu voz.... lo hiciste muy bien Fernando. Muuaks
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